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Evolución cometa Holmes

El pasado 24 de octubre, algo extraño ocurrió entre las órbitas de Marte y Jupiter. Un antiguo cometa periódico, el decimoséptimo si los ordenamos por fecha de descubrimiento (de ahí el identificador 17P), conocido por el nombre de Holmes aumentó repentinamente de brillo. Y no fue un aumento cualquiera. No paso a brillar el doble o cuatro veces más, no. Su brillo aumentó cerca de un millón de veces. Paso de ser un oscuro objeto de la magnitud 17 y por lo tanto solo visible con grandes telescopios a ser perfectamente visible a simple vista en los alrededores de la constelación de Perseo alcanzando magnitud 2.5.

No es la primera vez que Holmes sorprende a los astrónomos. Hace 115 años, en noviembre de 1892 este cometa llego a la magnitud 5 y unos meses después sufrió una segunda erupción.

En estos momentos, el cometa es perfectamente visible cerca de Perseo, en la linea que une la estrella Capella de Auriga y Mirfak , alfa perseus. Desde un entorno urbano, el cometa se aprecia como una estrella desenfocada en las inmediaciones de la citada Mirfak. Si eres capaz de localizar Auriga o Perseo, o incluso solo Cassiopeia, esta carta debería ayudarte a localizar el cometa. Unos simples prismáticos te ayudarán a ver que esa estrella desenfocada es en realidad una pequeña bola de gas brillante.

posicionCometa.jpg

La imagen que abre esta nota es una composición de dos fotografías tomadas los días 1 y 3 de noviembre desde mi casa en Manises (Valencia). Son dos tomas de 30” cada una a ISO400 con la Canon EOS 40D. El objetivo utilizado es un macro de Sigma de 150mm de focal y la apertura utilizada es f/4.

En tan solo dos días, se puede apreciar tanto el desplazamiento del cometa respecto a las estrellas de fondo, como el cambio de aspecto: va aumentando el diámetro del mismo y se va reduciendo su brillo. Así mismo se puede observar como empieza a aparecer una estructura alargada, la clásica cola de los cometas provocada por el arrastre de gases y partículas sólidas de la coma del cometa provocadas por el viento solar.

A ver si en los próximos días, el cometa desarrolla una cola suficientemente grande como para que recuerde el aspecto “tradicional” de estos cuerpos celestes.

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