Ayer lunes 15 de septiembre de 2008 se produjo algo que los gobiernos llevan diciendo que es imposible que ocurriese desde hace un poco más de un año. Desde que en agosto del 2007 estalló la crisis “subprime” en los Estados Unidos, todos los gobiernos han estado tranquilizando al personal, diciendo que era imposible que un gran banco entrase en bancarrota, que los gobiernos no lo permitirían.
Sin embargo, ayer presento la bancarrota uno de los mayores bancos mundiales, el Lehman Brothers. Era un banco de inversión y por lo tanto metido hasta las cejas en toda la ingeniería financiera que últimamente tanto ha hecho crecer las bolsas mundiales. Y al final, la pelota les ha estallado entre las manos.
Acabado el “problema” Lehman, el siguiente en la lista de tocados de muerte era una compañia aseguradora. Y no cualquiera. Es simplemente la mayor aseguradora del mundo, American International Group, más conocida a nivel mundial como AIG. Y digo es, en lugar de era, porque al menos hoy día 16 la compañía sigue viva.
Y ese es el motivo de este artículo. Desde ayer en todos los corros de bolsa se consideraban dos posibles escenarios: el gobierno de los EEUU o la Reserva Federal (conocida popularmente como la Fed), salían al rescate de AIG o AIG estaba acabada. Eso ha hecho que la expectativa por ver como evolucionaba la empresa en la bolsa de Nueva York fuese alta.
Y el espectáculo no ha defraudado. Ha sido un espectáculo típico de los EEUU, con más tensión que una película de Hitchcock. Veamos la gráfica de la cotización de AIG del 16 de septiembre:
Os recuerdo que esta gráfica representa la evolución del valor de las acciones en un solo día.
La mañana empezaba complicada. La inminente quiebra hacía perder a las acciones hasta un 70% de su valor a primera hora, aunque rápidamente se recuperaban y solo perdían un 40%.
Y entonces es cuando ha empezado la fiesta. De repente la cadena de noticias CNBC hacía circular el rumor de que el gobierno saldría en ayuda de la aseguradora. En cuestión de minutos (casi de segundos), las acciones han pasado de valer poco más de $2.70 a venderse por $4.00, es decir, quien ha comprado a primera hora de la mañana (cuando las acciones costaban unos $1.25) y ha vendido en cuanto la noticia ha calado, se ha embolsado $2.75 por acción, o lo que es lo mismo ha obtenido un beneficio del 220% sobre el valor invertido en unas dos horas.
Unos minutos después, un representante del gobierno ha desmentido la noticia y de nuevo AIG ha caído al entorno de los $2.5. Así ha continuado el resto de la mañana, mientras se sucedían los rumores de varios bancos que iban a colaborar en el préstamo de 80.000 millones de dolares (casi nada) que necesita AIG para salvarse de la quema. Y el valor seguía oscilando, ligeramente al alza. Parece que los inversores pensaban que si tardaba tanto en reventar, igual no reventaba, así que ¿por qué no comprar muy baratas acciones de la gran aseguradora?
A primera hora de la tarde (siempre hablando del horario de Wall Street), se lanza un nuevo rumor. Esta vez es la Reserva Federal la que está preparando un paquete de medidas para suavizar la presión sobre AIG y permitirle acceder a una linea de créditos favorables. Advertidos por el rápido desmentido anterior, los compradores se lo toman con más calma, pero a medida que pasa el tiempo cobran confianza y llegan a hacer que las acciones lleguen a cotizarse +6% respecto al valor de ayer, a los $5.24. El avispado comprador de primera hora, si ha tenido los nervios de acero ha ganado $3.99 por acción, que suponen el friolero incremento del 319% del dinero invertido en una única jornada.
Esta vez no ha habido ni desmentido, ni confirmación oficial, así que la cosa se ha ido calmando poco a poco y finalmente AIG ha terminado el día perdiendo solo un 16% de su valor en bolsa.
Y no ha sido algo casual, ni anecdótico. Consultando los datos históricos de AIG en Yahoo Finance, el volumen medio de negocio de este valor es de unos 60 millones de dólares al día. Bueno, pues hoy día 16 con la acción tan devaluada (siempre por debajo de los $6), se han negociado unos 1.120 millones de dólares. Unas 19 veces la cifra de negocio habitual. Parece ser que habían manos negras disparando sus algoritmos de trading durante toda la jornada.
1.120 millones de dólares con rendimientos del 200% o el 300% en un solo día. AIG estará tocada de muerte, pero hoy hay algunas personas/empresas que se han hecho de oro con las desgracias de esta aseguradora y de todos los pequeños inversores que se han confiado por las noticias filtradas y han apostado por las subidas.
Evidentemente esto no es inversión, es especulación pura y dura y como se puede observar, los medios de comunicación, con sus rumores o noticias sin confirmar pueden hacer o deshacer fortunas. Y por supuesto, siempre queda la sospecha de si dichos rumores han sido o no intencionados.
Mientras escribo este artículo, a las 23:00 hora de la península, en el mercado after hours, AIG se desploma un 52% hasta costar $1.8 por acción. Mañana será otro día de tensión en las bolsas y de fortunas construidas sobre naipes que se desmoronan en minutos.