Octubre de 2008. Hace de eso más de tres meses, casi cuatro. Ese fue el último día que escribí algo en Vacío Perfecto. Y además fue poco más que publicidad encubierta de la revista de la Asociación Fotográfica de Manises donde había publicado un artículo. Desde entonces no he vuelto a aparecer por este blog.
Y desde octubre hasta ahora han ocurrido muchas cosas. La crisis mundial se ha agravado. Steve Jobs se ha retirado temporalmente de Apple para poder recuperarse con tranquilidad de su enfermedad. Se ha publicado un nuevo número de la revista que mencionaba antes. He impartido tres seminarios más sobre la técnica Strobist. Sin embargo no he escrito ni una sola palabra en el blog.
El problema es que intento hacer demasiadas cosas y nunca encuentro el tiempo necesario para contar cosas en el blog. Cuando nació Vacío Perfecto, esta era mi única ventana al mundo digital. No participaba en ningún foro público de manera activa. En aquel entonces podía dedicarle tiempo al blog, era mi modo de expresarme.
Después, por culpa de este mismo blog, me vi metido en la vorágine del movimiento Strobist, como traductor oficial de la versión en español de blog de David Hobby, Strobist En Español y animador extraoficial del grupo Flickr asociado. Poco a poco mi presencia en este blog se fue desvaneciendo. Me engañaba diciendo que eso solo era temporal, hasta que Strobist en Español arrancase definitivamente. Pero a medida que arrancaba y crecía me surgió una nueva obligación: los seminarios de iluminación.
Ahora me doy cuenta de que me he encasillado bastante. Escribo mucho, pero sobre una determinada temática. Lo que se ve en el blog son traducciones, pero luego está toda la tarea menos visible de ayudar a la gente en Flickr, escribir miniartículos explicando fotos que aunque ayudan a comprender las técnicas, no aparecen recopilados en ningún sitio. Y además de eso está la preparación de los cursillos.
Sin embargo, por mucho que escriba, el objetivo inicial de Vacío Perfecto, que era contar lo que me apetecía y cuando me apetecía sigue sin realizarse. Por eso me niego a cerrarlo, ni ha dejarlo morir definitivamente. Otra cosa es que encuentre el tiempo y el impulso necesarios para escribir con regularidad.
No me he ido, pero tampoco he regresado. Aún.